¿Quién fue Sucre? Biografía completa
Como militar:
“La Batalla de Ayacucho es la cumbre de la Gloria Americana… ha sido perfecta y su ejecución divina … El General Sucre es el Padre de Ayacucho: es el redentor de los hijos del sol…” Simón Bolívar 1825 (1)
Como civil -político:
“Siguiendo los principios de un hombre recto, he observado que en política no hay amistad ni odio, ni otros deberes qué llenar, sino la dicha del pueblo que se gobierna “ Antonio José de Sucre 1828 (2)
SUS COMIENZOS: UN CAMINAR EN CONSTANTE ASCENSO
Antonio José de Sucre, conocido como Gran Mariscal de Ayacucho, él tenía 13 años y a esa edad nuestro héroe cumanés ya estaba librando su batalla en los cuarteles. Su educación militar, empezó al ser admitido en la escuela del coronel español José Mires, en Caracas, para aprender las artes militares que luego aplicaría en todas las batallas que libró en pro de la Independencia de nuestro país y de América del Sur. Se prepara en geometría, álgebra, agrimensura, fortificación, artillería y en el dominio de la topografía. (3)
A partir de aquí su carrera militar va ser de un avance y ascenso constante impresionante.
Así, la primera etapa de nuestro héroe lo resume el historiador Profesor Salcedo Bastardo (4) cuando escribe, “en 1809 integró como cadete la compañía de Húsares Nobles de Fernando VII, en Cumaná, en 1810, a tan sólo 15 años, la Junta de Gobierno de Cumaná le confiere el grado de Subteniente de milicias regladas de infantería. En l811, se desempeña en Margarita, como comandante de ingenieros para protección y mantenimiento de todos sus fuertes. Ese año es ascendido a teniente. En 1812 es trasladado a Barcelona, como comandante del cuerpo de artillería.
En 1813, bajo las órdenes del general Santiago Mariño, integra el grupo de lo que se denominaría posteriormente grupo de los “Libertadores de Oriente” y sería su edecán al año siguiente.
En 1815 participa en su primera batalla, en Maturín, bajo las órdenes del general José Francisco Bermúdez.
Según las referencias bibliográficas; Mariño lo nombra jefe de su Estado Mayor y lo asciende a coronel. En 1817 a la edad de 22 años lo designan comandante de la Provincia de Cumaná.
Para ese tiempo, la primogénita del continente americano era la segunda ciudad más importante de nuestro país, en lo civil y militar.
Por el lado de España, también era importante y llegó a ser gobernada por el capitán general Vicente Emparan, quien luego sería trasladado a Caracas y es el autor del “¡Yo tampoco quiero mando!”, el 19 de Abril de 1810, cuando el pueblo lo obliga a renunciar y se produce una acción real en pro de nuestra libertad.
El 17 de Septiembre de ese año recibió de Bolívar la designación de Gobernador de Antigua Guayana y Comandante General del bajo Orinoco e inmediatamente después el 7 de octubre, recibió el nombramiento de Jefe del Estado Mayor de la provincia de Cumaná, bajo las órdenes del general Bermúdez y en 1819 con apenas 24 años fue ascendido a general de brigada e interinamente ocupa la cartera de Guerra y Marina y es jefe titular del Estado Mayor General.
Años después la historia lo encontrará como oficial general en jefe del ejército integrado por Venezuela, Colombia y Ecuador y alcanzando su Gloria, no sólo como militar, sino como el hombre cumanés universal: GRAN MARISCAL DE AYACUCHO.
También debo destacar su excelente actuación como civil y político, cuando ejerció los cargos de Intendente general de la República de Ecuador y presidente de la naciente República de Bolivia.
Indice del Articulo
UNA PERSONALIDAD ATRAYENTE Y NEGOCIADORA
El Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, desde muy joven desarrolló sus dotes innatos de hombre justo, de estadista y administrador y además, era un hombre de trato bondadoso y clemente pero enérgico, que junto a su condición de militar bien formado y honesto, le permitió demostrar ser un excelente estratega y diplomático, facilitando su poder de negociador. Cualidad que le tocó aplicar, en varias oportunidades, al principio de su carrera, entre Bermúdez y Mariño, cuando negoció acuerdos entre sus frecuentes pugnas de estos generales en si y posteriormente, entre Bermúdez, Arismendi y Mariño en contra de los criterios del Libertador, Simón Bolívar y así lograr la unidad de mando necesaria para el triunfo. Sucre fue un hombre nacido para la negociación, hace referencia el Cnel. Romero Mendoza, en su libro sobre Sucre, señala “que la Guerra es por partida doble, contra los españoles y la de los jefes republicanos que aspiran al mando supremo” (5)
Luego tuvo que preparar varios acuerdos de capitulaciones, los cuales el Libertador S. Bolívar los “considera bellos monumentos a la piedad aplicada a la Guerra” y califica a Sucre como “el alma del ejército en que servía”. (6)
UNA FAMILIA DEDICADA A LA INDEPENDENCIA: QUIEN SUFRE LA BARBARIE DE LA GUERRA
Antonio José de Sucre y Alcalá nació en Cumaná, el 3 de febrero de 1795 y muere sujeto de un cruel atentado el 4 de junio de 1830, en el sitio denominado La Venta, en la montaña de Berruecos, Colombia.
Nace de una distinguida y excelente familia de militares, su padre Vicente de Sucre, teniente de infantería y su madre María Manuela Alcalá. Es el quinto hijo del matrimonio. Sus otros hermanos Pedro, Jerónimo y Francisco participaron también en la lucha patriota.
Uno de ellos el capitán Francisco Sucre, es fusilado por el ejército realista al mando del teniente general José Canterac, quién estaba de paso por el oriente venezolano con destino a Perú. Años después nuestro héroe derrotará a Canterac en las batallas de Junín y Ayacucho.
Una de sus dos hermanas, Magdalena, se suicida tirándose de un balcón para evitar ser ultrajada por los soldados españoles quienes habían asaltado su casa.
La fatalidad actuó contra su familia y él sufre las consecuencias de esa barbarie por la actuación, entre otros, de José Tomás Boves, “quién es un aventurero por instinto y feroz hasta el delirio contra sus enemigos” (7) y de su sucesor Francisco Tomás Morales, tan sangriento y cruel como él.
Era la época del decreto de Guerra a muerte, dictado por el Libertador un 15 de junio de 1813.
Sucre ve morir 14 familiares directos, según reseña el profesor Salcedo Bastardo (8). Sin embargo, su grandeza de alma no afectó su carácter y aunque los aborrecía, los llegó a perdonar y nunca actúo por venganza, como es el caso por ejemplo de Canterac. Sin dudas era un hombre noble y generoso pero implacable ante la maldad.
BOLÍVAR Y SUCRE UNA AMISTAD A TODA PRUEBA.
En un lugar del oriente venezolano, llamado Los Pilones, el 22 marzo de 1814, se realiza el encuentro de los ejércitos de oriente y occidente; Sucre ve por primera vez a los soldados comandados por Simón Bolívar y surge en el cumanés una admiración por Bolívar que perdurará por siempre.
En 1819, casi 10 años después que lo conoce personalmente, a pesar de haber concurrido a los mismos lugares desde 1810. Ambos quedan prendidos para siempre por la mutua fascinación de sus personalidades y en la práctica pareciera que firmaron un acuerdo de amistad y lealtad, la cual los acompañó hasta la muerte. Ello lo demuestra el intercambio epistolar entre ambos que se hizo constante y permanentemente.
Dos hechos importantes permiten estrechar esa relación.
El primero, es el nombramiento de Sucre como jefe de la División del Sur y el segundo, la orden de trasladarse a Guayaquil para “reforzar” su liberación.
Desde este momento, Sucre tiene la oportunidad de actuar sólo: tomando él las decisiones de su exclusiva responsabilidad y demostrar su talento para la guerra.
SUCRE EN GUAYAQUIL.
Cuando Sucre llega a Guayaquil, comprende que ésta es una provincia ambicionada por Perú. Su población estaba dividida, unos querían pertenecer al Perú, otros unirse a la Gran Colombia y otros exigían su independencia. Todos temían que, en cualquier momento, las fuerzas españolas al mando de Melchor Aymerich invadiesen a Guayaquil.
Sucre utiliza sus plenos poderes y logra negociar con la junta superior Guayaquil, el 15 de mayo de 1821, el tratado que declara a la provincia bajo la protección de la Gran Colombia. Él, en forma muy hábil había logrado controlar, al llamado Protector, San Martín, máximo representante de las ambiciones peruanas.
Marcha hacia Quito y enfrenta a las tropas de Aymerich y logra en la batalla de Yaguachi su primer triunfo como jefe del ejército del Sur. Sin embargo, unos meses después sufre la más grave derrota, de su carrera militar, en Guachi, donde pierde gran parte de su ejército. Le toca reorganizar y equipar de nuevo su tropa. El general Aymerich deja el mando a general Tolrá, quién en vez de atacar a los patriotas le propone a Sucre un cese de hostilidades por 90 días, lo cual Sucre acepta con gusto y en esa forma gana tiempo y reorganiza sus hombres.
Al principio al Libertador no le gustó el Armisticio, pero después celebró la destreza de Sucre porque en realidad ese acuerdo resultó una Victoria, la cual le permitió ganar la batalla de Pichincha, convirtiéndose en el actor principal del triunfo. Luego, junto con la división peruana comandada por Santa Cruz, toma Cuenca. Aprovechando que el general Tolrá, al no recibir refuerzos de Quito, había evacuado esa ciudad, lo que le permite a Sucre entrar como un verdadero héroe. Sigue a Riobamba y se enfrenta a los realistas en choque sangriento en las faldas del imponente Chimborazo para tomar, el 22 abril de 1822 esa ciudad, continuando su marcha a Quito. Mientras Sucre se dirigía a Quito, Bolívar en operación previamente planificada, derrota al temido coronel Basilio García en la Batalla de Bomboná, que le ocasionan pérdidas importantes a ambos ejércitos, lo que hace convenir una tregua para darle descanso a sus tropas y marchar a Popayán.
Por su parte Sucre, en hábil maniobra, sorprende al general Aymerich y en sólo tres horas gana la batalla de Pichincha. El venezolano se glorifica en Pichincha y obliga una capitulación, la cual garantiza la incorporación de esos territorios a la gran familia colombiana y esta acción la celebra con una misa de acción de gracias en la Catedral de Quito.
A lo que el Libertador escribe: “la campaña que terminó la guerra del sur de Colombia fue dirigida y mandada en persona por el general Sucre; en ella mostró su talento y virtudes militares” (9). En premio de sus servicios, es ascendido a general de división y nombrado Intendente del Departamento de Quito.
SUCRE INTENDENTE DE QUITO: SU PRIMERA ACTUACIÓN CIVIL.
A finales de julio de 1822, el colegio electoral de Guayaquil decreta la incorporación de la provincia a Colombia y le otorga a Bolívar las facultades del poder ejecutivo y designa a Sucre Intendente de Quito.
Su primera reacción, como era característico de su carácter humilde declarar “su temor que mi falta de luces para gobernar pueblos me haga cometer errores. Yo estoy desde los trece años en un cuartel” (10)
Gracias a sus talentos innatos de estadista y administrador, combinado con sus cualidades de hombre bondadoso y hábil, le permite cumplir con éxito las tareas encomendadas. Por lo tanto, en su primera actuación como político demuestra su dote de buen gobernante.
En su gestión se destaca por garantizar la plena libertad, y exige, al empezar su labor, de ser evaluado y en caso de alguna irregularidad, sometido a justicia sus decisiones y actuaciones. Otro aspecto es que logró la equidad y justicia en el empleo de los impuestos. Algo fundamental y que apreciamos los que le hemos dedicado nuestra vida profesional a la administración pública, al poner en práctica que sea el mérito y no el favor oficial el que determine la designación y la promoción de los empleados públicos. Es decir, puso como norma la MERITOCRACIA, concepto que parece ausente en nuestras administraciones públicas contemporáneas.
Otro aspecto fundamental de su administración fue la importancia que puso su gestión a la instrucción pública y a la educación del pueblo en general. Sucre
consideraba, este aspecto “como parte del bienestar y felicidad del pueblo “. A tales fines, dicta medidas para poner en práctica ese concepto “el soberado congreso y el poder ejecutivo han previsto en toda la república útiles establecimientos, escuelas, casas de educación para atender a la ilustración de la juventud, su progresos y adelantamientos de la ciencia” (11)
SU ACTUACIÓN MILITAR EN PERÚ: EL GRAN MARISCAL DE AYACUCHO.
A comienzos de 1823 el Perú llama a Bolívar para que se encargue de la su gesta libertadora, pero al no poder viajar de inmediato, designó a Sucre.
El Libertador lo presenta al poder ejecutivo, bajo el mando de Riva Agüero, mediante carta fechada el 13 de abril de 1823, donde expresa lo siguiente: “confieso con franqueza que no ha dado Venezuela un oficial de más bellas disposiciones, ni de mérito más completo” (12).
El general de división Sucre lleva el encargo de representar los intereses de la Gran Colombia, para tales efectos se le da facultades diplomáticas, con la libertad para intervenir en todos los asuntos militares. Llega a Lima a sus 28 años y en mayo del 1823 recibió el nombramiento de comandante del ejército unido.
Su primera actuación en suelo peruano, es en la batalla de Junín en agosto de 1824. Junín fue una batalla de 40 minutos, en ella no sonó ni un tiro, por eso algunos la llaman la “batalla silenciosa”. Su importancia en la historia militar se debe a que en esa confrontación los españoles salieron desmoralizados al perder la caballería realista su fama de invencible y tener unas bajas de 2000 hombres.
Con Junín se liberó Lima y gran parte del Cuzco. También hubo muchas pérdidas en el lado patriota, que a Sucre le tocó recomponer.
En el 9 de diciembre de 1824, con su éxito logrado en la BATALLA DE AYACUCHO, ¡¡¡cuando nuestro héroe de Cumaná se cubre de Gloria y SE HACE UNIVERSAL!!!
Porque a su mando Sucre combatió junto con soldados y oficiales de una representación continental de Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá, Guatemala, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Curazao, Puerto Rico y México.
Cuando Sucre llega al Perú, su situación era muy complicada, estaba ocupado por los realistas que contaban con un ejército de 14.000 hombres “buenos y bien mandados” y el de los patriotas que estaba sepultado en una anarquía indescriptible. Sucre lo describe en una carta al libertador en términos dramáticos (13) “libertar nosotros el Perú, será la obra de resucitar un muerto…” y señala: “lo peor de todo fue que el presidente de la república el marqués Torre Tagle y su primer ministro el conde San Donás, abusando de la confianza del Perú, cometieron el más atroz crimen, que ha ocurrido en la revolución pasándose ellos mismos a los españoles. Por lo tanto, a Sucre le toca organizar su tropa con un trabajo asiduo, constante y tenaz para la batalla de Ayacucho. El mérito de Sucre, en esas condiciones, es que logra preparar un ejército de 5.780 hombres y una pieza de artillería.
Mientras el ejército realista, comandado por el Virrey José de la Serna, Gral. en jefe del Ejército y Teniente General Don José Canterac jefe del E. M, contaba con 9.310 hombres y 14 piezas de artillería.
La batalla duró tres horas. Ya los patriotas a mitad de la confrontación tenían más de 1000 prisioneros, entre ellos y herido estaba el Virrey de la Serna, 14 piezas de artillería, 2.500 fusiles y perseguidos y cortados los enemigos en todas direcciones. Reseña nuestro cumanés al ministro de Guerra, el 11 de diciembre de 1824, que: “cuando el general Canterac comandante en jefe del ejército español, acompañado del general La Mar, se me presenta a pedir una capitulación “(14).
Había logrado su máximo éxito militar liberando de las ataduras a América del sur. Desde ese momento para muchos historiadores lo consideran EL MAS VIRTUOSO DE LOS GENERALES DE LA INDEPENDENCIA el 12 de febrero 1825 el Congreso Constituyente del Perú, decreta que, entre otras cosas: Será reconocido en adelante el general en jefe del ejército unido, Antonio José de Sucre, con el dictado de Gran Mariscal de Ayacucho, por la memorable victoria obtenida en los campos de este nombre.
También el Libertador, en el resumen sucinto de la vida del general Sucre, en 1825, escribe diciendo: La batalla de Ayacucho es la cumbre de la Gloria americana y la obra del general Sucre. La disposición de ella ha sido perfecta, y su ejecución divina. Maniobras hábiles y prontas desbarataron a los vencedores de catorce años, y a un enemigo perfectamente constituido y hábilmente mandado. Ayacucho, es semejante a Waterloo, que decidió del destino de la Europa, ha fijado la suerte de las naciones americanas.
El general Sucre es el padre de Ayacucho: ¡¡Es el redentor de los hijos del sol!! (15)
PRESIDENTE DE LA NACIENTE REPÚBLICA DE BOLIVIA: SU MÁXIMA ACTUACIÓN POLÍTICA.
La más brillante de las campañas militares había terminado con los años de dominación española. Perú era independiente y Sucre coronado de gloria por el triunfo, pero sus éxitos no lo cambiaron. Todas las referencias sobre su vida destacan su humildad y en carta del 10 de diciembre de 1824 le pide al Libertador que lo releve en el mando (16)
Sin embargo, la historia le tiene reservado, otra vez, labores en el campo civil, donde los dones dados por Dios y su experiencia adquirida lo hacen brillar como diplomático y político, como lo hizo en la guerra.
Si, el Libertador le tenía planes concretos, especialmente en lo que se llamaba Alto Perú y lo deja al frente del ejército.
Se convoca los pueblos de las cinco provincias del Alto Perú a una asamblea general para decidir su futuro o su incorporación a uno de los países limítrofes o su autonomía.
Así se deja en libertad al Alto Perú para que exprese libremente su voluntad, sin ningún tipo de influencia militar, para que la Asamblea decida sin presión alguna.
Los argentinos y los peruanos, que eran los vecinos, estuvieron de acuerdo que la decisión se adoptara mediante el voto. El 5 de julio de 1825, en Chuquisaca se instaló la Asamblea que decidió una nueva república que llevará por nombre Bolívar y su capital Sucre. Y el Gran Mariscal de Ayacucho es designado jefe del poder ejecutivo, el 26 de mayo de 1826.
¡Nace una República independiente que le toca al Mariscal ayudar a construir!
En su último mensaje al congreso El destaca sus logros más resaltantes:
- La organización de la Hacienda Pública y todo lo relativo a los impuestos y su administración;
- La atención a la infraestructura vial y los servicios;
- La independencia del poder judicial;
- Y otras como la organización del correo, creación de la academia militar, la creación de la casa de la moneda, la mejora de hospitales y la construcción de escuelas primarias y de ciencia y artes.
Es primordial para mi destacar la vigencia de unos principios expuestos por nuestro compatriota al entregar su primera gestión como civil:
Destacó “Persuadido que un pueblo no puede ser libre, si la sociedad que lo compone no conoce sus deberes y sus derechos, he consagrado un cuidado especial a la educación pública” (17)
También como importante señaló: “Siguiendo los principios de un hombre recto, he observado que en política no hay amistad ni odio, ni otros deberes que llenar, sino la dicha del pueblo que se gobierna” (18). Este debe ser un principio básico para cualquier actividad gerencial que se realice.
También realizó su administración sobre las bases de una política de respeto a las garantías personales, la libertad de palabras y la libertad religiosa y una instrucción educativa para el pueblo nuestro venezolano cumanés edificó la República de Bolivia sobre sagrados principios y eso lo colocan dentro de los hombres inmortales de nuestra historia.
Prefirió el imperio de las leyes que ejercer la tiranía.
Sin embargo, a pesar de su excelente gestión, bajo su ejercicio sufrió un primer atentado que gracias a Dios solo le afectó un brazo y a lo que comentó: “Llevo la señal de la ingratitud de los hombres en un brazo roto, cuando en la guerra de la independencia pude salir sano”
VIDA PERSONAL: DESEANDO SIEMPRE UNA VIDA FAMILIAR ESTABLE.
A pesar de los laureles ganados en su brillante carrera militar y los méritos alcanzados en el campo civil y político, que sin dudas lo hacen un hombre inolvidable, pero no pudo alcanzar una vida sentimental estable. El sacrificó sus aspiraciones personales por la independencia.
Sucre siempre soñó con tener una familia estable y que le compensara todos los recuerdos que tenía de su juventud y la pérdida de sus amigos y familiares cercanos. Cuando lo logra el matrimonio con su ser querido un vil atentado termina con su vida y con su unión de sólo año y medio de existencia.
Señala el historiador Laureano Villanueva, en su libro sobre la vida del héroe de Ayacucho: “encontraríamos en su vida íntima, en sus relaciones de familia, en sus afectos fraternales, en sus amistades y en sus amores, el mismo corazón inocente, la misma rectitud y pureza en sus costumbres, sentimientos, inclinaciones y deseos” (19)
Antes de su matrimonio con Mariana, que representó el amor de su vida, tuvo varias relaciones sentimentales informales y ocasionales, algunas referencias indican que le pidió a su amigo el Cnel. Vicente Aguirre recoger y educar a una niña de nombre Simona, nacida de su relación con Tomasa Bravo, el 16 de abril de 1822 y cuya madre había fallecido, garantizándole a su amigo los gastos de crianza y educación.
Se reseña que Sucre tuvo una relación sentimental con Rosalía Cortés, de la cual nace en la Paz el 15 de enero de1826 su primer hijo, José María Sucre. Se dice que, de otra relación casual con María Manuela Rojas, nace Pedro César el 7 de junio de 1828.
Sin embargo, siendo Intendente de Quito conoce a Mariana Carcelén de Guevara y Larrea, Marquesa de Solanda y Villarrocha. Ella tiene 17 años y el 27, se enamora locamente de ella, pasan varios años de noviazgo y no se casan inmediatamente porque ella, su status social no le permitía ir de guerra en guerra.
Era tanto su aprecio por Bolívar, casi como un padre para él, que en carta del 12 de febrero de 1826, le pide permiso, lo que es hoy una norma dentro del ejército, para casarse con Mariana, agregando “si lo considera oportuno y la Guerra de independencia, se lo permite”.
El 20 de abril de 1828, siendo presidente de Bolivia, el Mariscal se casó por poder con la quiteña Mariana. Existen varias cartas escritas por Sucre al Libertador, donde le solicita licencia para reunirse con su familia, pero es sólo el 30 de septiembre de 1828, cuando se le concedió y es así cuando puede celebrar el primer encuentro como pareja matrimonial.
De esta unión nació Teresa, el 10 de julio de 1829. Sin embargo, como ya sabemos su unión dura poco, ya que sólo vivieron juntos año y medio. Teresa moriría a los dos años, cuando ya su padre había fallecido producto del atentado.
LAS CONSECUENCIAS DE SU MUERTE.
La muerte de nuestro Héroe, en tan lamentable suceso, a una edad de 35, trajo innumerables consecuencias. La situación entre Colombia y el Perú se hacía cada día más grave, hasta el punto que se colocaba contra el Libertador. El sueño de Bolívar estaba a punto de desaparecer, por un lado, Páez favorable a la separación de Venezuela, Santander la de la Nueva Granada y Ecuador esperando las consecuencias de esa desunión. La desaparición de la Gran Colombia era cuestión de días.
A Bolívar y a Sucre ya estaban siendo del desprecio público. Sus enemigos trataban de destruir su influencia en esos países, como ejemplo, basta recordar el atentado contra la vida de nuestro Libertador en Bogotá, el 25 de septiembre de 1828. Las bajas pasiones y las intrigas estaban en el primer orden. Además, los peruanos invadieron la frontera del Ecuador y se detuvieron sólo al enterarse que Bolívar, nuevamente, había nombrado a Sucre como jefe absoluto del sur:” Todos mis poderes buenos y malos los delego en Ud. haga Ud. la guerra, haga Ud. la paz, salve o pierda el Sur en Ud. he confiado todas mis esperanzas”. (20)
Sucre conocía muy bien al general La Mar, para ese entonces, presidente del Perú y jefe del ejército y le presenta batalla en Tarqui. Con sólo 3.800 hombres vence, en 30 días, a los 8.000 invasores de Ecuador. Fue la última acción militar de Sucre.
Emprendió el regreso a su hogar, con la ilusión de permanecer para siempre al lado de su Mariana. Sin imaginarse que el destino le tenía reservado un vil atentado que dejaría su cuerpo tendido en el fango, solitario, porque sus acompañantes lo abandonaron en sus últimos momentos.
El Libertador al saber la noticia escribe, algo que todos recordamos pero que es siempre bueno repetir:
“¡Santo Dios!… Se ha derramado la sangre de Abel, la bala cruel que te hirió mató a la Gran Colombia y me quitó la vida, como soldado, fuiste la victoria. Como magistrado la justicia. Como ciudadano, el patriotismo. Como vencedor la clemencia. Como amigo la lealtad. Para Gloria lo tienes todo; lo que falta, sólo a Dios le corresponde darlo”
Examinando las causas de su eliminación física, recordemos que, a fines de 1828, Sucre es nombrado diputado para representar a Cumaná en el Congreso Admirable de Bogotá, que se reúne el 20 de enero y en donde Sucre es elegido su presidente. En esta Asamblea Simón Bolívar, renunciaba a la dictadura que se le había otorgado y dice unas palabras muy vigentes actualmente: “Cuando un hombre ve que su patria no quiere sus servicios debe tener el buen juicio de no pretender imponérselos”.
Por su parte, Sucre manifiesta no estar de acuerdo con la disolución de la Gran Colombia. Y sostiene que es el abuso que se a hecho del poder militar, el que ha producido alarmas y desconfianzas. Los males públicos se han producido, no por lo que se ha llamado despotismo del Libertador, sino esencialmente de la misma revolución y del despotismo de una aristocracia militar, que hacía gemir al ciudadano por un absoluto olvido de las garantías y derechos.
Era evidente que a muchos molestaba la fama y la Gloria del Gran Mariscal. Pero, por otro lado, un grupo importante de la sociedad política, con el apoyo popular lo quiere como candidato para presidente de la república de Colombia. Sin embargo, quienes se oponían a su candidatura, pasaron en el congreso la proposición de que no podía ser presidente de la república quien tuviera menos de 40 años de edad.
Y el Libertador, desanimado, triste y enfermo decide irse al exilio.
Ya los historiadores habían reseñado los rumores de un atentado contra el Gran Mariscal. Las pruebas estudiadas demuestran que el atentado fue planeado con mucha anticipación. Era el comienzo y el fin de las ideas bolivarianas. Su prestigio como militar y político, su carácter afable pero estricto y disciplinado, lo situaban como sucesor de Bolívar. Sin dudas, que representaba el único obstáculo serio para los que propugnaban la división.
Se ha señalado al general José María Obando, quien llegó a ocupar la presidencia de la república de Colombia, como el autor principal del asesinato del Mariscal Sucre. El coronel venezolano, José Apolinar Morillo otro de los indiciados en el crimen, fue condenado a ser pasado por las armas, sentencia que se cumplió el 30 de noviembre de 1842.
En relación con José Eraso, asesino y asaltante de caminos, cumplió una larga condena en Cartagena. El otro sentenciado José Gregorio Sarría, que era un criminal pervertido y se presume que murió en 1840.
Podríamos resumir que el caos, las ambiciones políticas personales estaban acabando con los dos hombres más ilustres nacidos en nuestra patria. En el libro “Un día de Guerra en Ayacucho” se destaca unas reflexiones del Libertador, donde él como profeta, pareciera nos lleva a la vida actual. (21)
Bolívar en carta que dirigió al general Juan José Flores, muy amigo de Sucre y presidente de la República del Ecuador, en noviembre de 1830, apenas a 38 días de morir, expone y cito textualmente: Usted sabe que yo he mandado veinte años y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos:
1. La América es ingobernable para nosotros
2. El que sirve una revolución ara en el mar
3. La única cosa que se puede hacer en América es emigrar
4. Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles, de todos colores y razas
5. Devorados por todos crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán a conquistarnos
6. Si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, éste sería el último periodo de la América.”
El que no entienda estas reflexiones, para mi, en su actuación militar o civil, ha traicionado, sin querer, el espíritu y las enseñanzas.
SU LEGADO Y LA LECCIÓN APRENDIDA.
Como Venezolano, puedo mencionar, que existen una organización educativa que lleva como nombre “Gran Mariscal de Ayacucho” y un programa de Becas con el mismo nombre.
En la primera aprendí las enseñanzas de Antonio José de Sucre.
Así como la Batalla de Ayacucho representó la libertad de la América del Sur y todos sus triunfos, su gloria, sus conceptos, entre otros, que aplicó como norma suprema:
la libertad de cultos
la libertad de prensa
respeto a las garantías personales
prioridad a la educación pública
reconocimiento de la meritocracia
Sin dudas, lo convierten en un gran hombre inmortal.
Tuve la gracia de participar activamente, en uno de los homenajes para su recuerdo eterno, al coordinar como Director General de la Oficina de Coordinación y Planificación (CORDIPLAN) en el nacimiento del Programa de Becas Gran Mariscal de Ayacucho en 1974 y en mi caso, le debo gran parte de mi formación. Me tocó, gracias a Dios, coordinar la creación y dar inicio del PROGRAMA DE BECAS GRAN MARISCAL DE AYACUCHO.
El programa fue creado en junio de 1974 por el presidente Carlos Andrés Pérez. Según el Economista Ramón Peña “Esta iniciativa, tal vez la más revolucionaria en la historia de la educación venezolana, brindó a miles de estudiantes de todos los rincones del país la oportunidad de ampliar su horizonte de conocimientos en las mejores instituciones académicas del mundo” (22)
Esas becas fueron asignadas “sin exclusión ni favoritismo” y según Peña destaca que, para noviembre de 1975, 76.5 % de los becarios correspondía al status de bajos ingresos, 14 % al nivel medio y 9.5 % al alto.
La UNESCO realizó una evaluación en 1977 y entre sus conclusiones, destaca “Puede afirmarse que, en cada hogar venezolano, por alejado y modesto que sea, se alienta una esperanza que la Fundación respalda.”
Recuerdo que el programa se puso en marcha en la Plaza de Antonio José de Sucre de Cumaná y me tocó el honor de entregar las primeras becas de estudio, en mi condición de ministro (e) de la oficina central de coordinación y planificación de la presidencia de la república: CORDIPLAN.
La UNESCO lo considera uno de los programas educativos de mayor importancia en la vida contemporánea de nuestra Venezuela. Es muy probable que la Venezuela actual requiera de algo similar para la formación de los recursos humanos destinados a la reconstrucción de nuestro país.
Posteriormente, el Espíritu del cumanés, volvió a tocar mis puertas para la realización de un programa, esta vez del sector privado, para la alfabetización de nuestro pueblo. Ese programa tuvo el nombre de ACUDE.
Concluyo, con una reflexión: lo más importante, para mí, que nos dejó Sucre al luchar por nuestra libertad, fue su empeño por garantizar la educación como el medio de alcanzar la verdadera libertad de nuestros pueblos. El sostuvo varias veces que era “parte del bienestar y felicidad del pueblo”.
Sin dudas, el pueblo al poder conocer sus deberes y derechos, y saber interpretarlos, se convierte en el mejor medio para luchar contra la ignorancia.
Por eso, siempre estaré dispuesto a prestar mi apoyo en la realización de los proyectos que tiendan a mejorar la formación y la educación de nuestros compatriotas, o con cualquier otro, que tienda a alcanzar el bienestar de nuestros compañeros.
Termino como siempre lo hago, implorando que Dios y la Virgen del Valle nos bendiga y nos mantenga “UNIDOS EN NUESTRA DIVERSIDAD” y nos guíe por el camino de la unidad, entereza y decoro y sobre todo actuando con lealtad y amor a la verdad y siempre de buena fe, que para mi es EL LEGADO DEL GRAN MARISCAL DE AYACUCHO.
Gracias,
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
1.) El Resumen sucinto de la vida del general Sucre. Lima. Simón Bolívar 1825.
2.) Mensaje al congreso de Bolivia. 2 de agosto de 1828.
3.) Sucre, Gran Mariscal, coronel (Ej) Serapio Romero Mendoza. Ministerio de Defensa. Pag. 2-3
4.) Sucre, Profesor Salcedo Bastardo, publicado por la Fundación Empresas Polar.
5.) Obra citada. Pag. 31, coronel Romero Mendoza.
6.) Obra citada. Pag. 15-16, coronel Romero Mendoza.
7.) José Gil Fortoul. Historia Constitucional de Venezuela. Pag. 206.
8.) Obra citada. Salcedo Bastardo.
9.) Obra citada. Coronel Romero Mendoza. Pag. 90
10.) Carta de Sucre al General Francisco de Paula Santander. 6 de Julio de 1822.
11.) Decreto de Sucre del 10 de octubre de 1822.
12.) Carta de Bolívar para el presidente de Ecuador Riva Agüero. 13 de abril de 1823.
13.) Carta de Sucre a Bolívar. 23 de junio de 1824
14.) Parte militar de Sucre al ministro de la guerra. 11 de diciembre de 1824.
15.) Obra citada. Bolívar a Sucre escrita en Lima en 1825.
16.) Carta de Sucre al Libertador. 10 de diciembre de 1824.
17.) Decreto dictado por Sucre presidente de Bolivia el 24 de mayo de 1826.
18.) Mensaje de Sucre al Congreso de Bolivia. 2 de agosto de 1828.
19.) Laureano Villanueva, Vida de Don Antonio José de Sucre. Pag. 291.
20.) Delegación de poderes a Sucre por el Libertador el 28 de octubre de 1829.
21.) Fermín Goñi, Un día de guerra en Ayacucho. Fondo de cultura económica México. Pag. 181-182.
22.) En pocas palabras, economista Ramón Peña. Porlamar. 21.5.2012.